Con su torpe andar y una iracunda groceria sale disparada la matrona de mi esquina, reclamandole a unos sonrientes niños la compostura de su perdido florero, tosca y pasional, desenfrenadamente concentrada, no nota las risas de los vecinos, no ve a su compañera de rosarios y velaciones tirada en el suelo, quien, al verse incapaz de esquivar sus caderas de venus neolitica, no le ha quedado mas que dejarse arrollar por su gorda amiga. Ah!, que escena tan kafkiana, tan digna de risa, y tan comun como el regateo de mis tias en el mercado, como la mordida y las hierbas salvajes luchando contra el concreto de la calle, tan linda, tan hermosa e imperfecta, tan realmente mexicana.
Hay mi Anahuac, tosca Coatlicue, que te expresas en el andar de tu gente, en sus casa y pasiones, te veo en cada altar a la virgen, en las chelas del domingo, en el sacrosanto velo de mi abuela y en la mirada de tus hijos, sonriente y esquiva, con una pose seria y una sonrisa interna te vas burlando de tus conquistadores, ya sean barbados guerreros del este o acicalados negociantes del norte, los tomas de la mano y te rindes a sus pies, abres tus piernas y yaces con ellos, pero sin que los noten tomas posicion y los empiezas a cabalgar, solo asi te mantienes independiente y serena, pero ciertamente vendida, con la semilla de tus enemigos entre tus muslos, y sus hijos en tu vientre.
Pero como la prostituta del laberinto de la soledad, tu derrota te convierte en ganadora, pues esos niños, simbolos de tu desgracia se vuelven contra sus padres, embebidos por el aguamiel que emana de tu cuerpo, embotados en tus cantares, y deseosos de tu escencia, pues tu no eres como sus padres, rectos y frios, serenos y eficientes, cual automata que recorre perfectamente el camino conocido, tu eres vida, eres error y defecto, el pan casero de todos los dias, que aunque no es el mana de los dioses, siempre es querido y añorado por tus habitantes, aun en la mas fina de las mesas.
Eres defectuosa coatlicue, con calles estan llenas de pasto, ventanas sucias, y baches por todos lados, pero todo esto te hace real, tus errores realzan tu belleza, y de un modo extraño la hacen mas humana, pues demuestran que ahi estas, demuestran que tus hijos son humanos sencillos con los que uno tiene oportunidad de congeniar, de sonreir y bromear.
Eres la tipica mujer hermosa, el machito de pueblo, deseables y alcanzables, deseables y reales, humanos finalmente, aquienes con un poco de esfuerzo podremos alcanzar, pues en ti todo esta revuelto, el hombre esta hombro con hombro con el hombre, el rico mira al pobre a la cara y lo ignora concientemente, pues hasta donde se han esforzado de elimnarte, las zonas de extranjeros, las de ricos, tus dedos ruedan por ellas, regresandoles su aspecto de tierra real , un pasto por aqui, un tlacuache por alla, todo reaparece alla.
H'.'As'.'Primero José Alberto Martinez
Hay mi Anahuac, tosca Coatlicue, que te expresas en el andar de tu gente, en sus casa y pasiones, te veo en cada altar a la virgen, en las chelas del domingo, en el sacrosanto velo de mi abuela y en la mirada de tus hijos, sonriente y esquiva, con una pose seria y una sonrisa interna te vas burlando de tus conquistadores, ya sean barbados guerreros del este o acicalados negociantes del norte, los tomas de la mano y te rindes a sus pies, abres tus piernas y yaces con ellos, pero sin que los noten tomas posicion y los empiezas a cabalgar, solo asi te mantienes independiente y serena, pero ciertamente vendida, con la semilla de tus enemigos entre tus muslos, y sus hijos en tu vientre.
Pero como la prostituta del laberinto de la soledad, tu derrota te convierte en ganadora, pues esos niños, simbolos de tu desgracia se vuelven contra sus padres, embebidos por el aguamiel que emana de tu cuerpo, embotados en tus cantares, y deseosos de tu escencia, pues tu no eres como sus padres, rectos y frios, serenos y eficientes, cual automata que recorre perfectamente el camino conocido, tu eres vida, eres error y defecto, el pan casero de todos los dias, que aunque no es el mana de los dioses, siempre es querido y añorado por tus habitantes, aun en la mas fina de las mesas.
Eres defectuosa coatlicue, con calles estan llenas de pasto, ventanas sucias, y baches por todos lados, pero todo esto te hace real, tus errores realzan tu belleza, y de un modo extraño la hacen mas humana, pues demuestran que ahi estas, demuestran que tus hijos son humanos sencillos con los que uno tiene oportunidad de congeniar, de sonreir y bromear.
Eres la tipica mujer hermosa, el machito de pueblo, deseables y alcanzables, deseables y reales, humanos finalmente, aquienes con un poco de esfuerzo podremos alcanzar, pues en ti todo esta revuelto, el hombre esta hombro con hombro con el hombre, el rico mira al pobre a la cara y lo ignora concientemente, pues hasta donde se han esforzado de elimnarte, las zonas de extranjeros, las de ricos, tus dedos ruedan por ellas, regresandoles su aspecto de tierra real , un pasto por aqui, un tlacuache por alla, todo reaparece alla.
H'.'As'.'Primero José Alberto Martinez